martes, 23 de noviembre de 2010


 "La noticia, ocurrida meses atrás, me sucedía a mí ahora, se desarrollaba allí, ante mis ojos, en el presente absoluto de la carta: el Capitán, tal como yo lo recordaba con imborrable nitidez, en su casa cercana a Londres en el vestidor contiguo al dormitorio, iniciaba frente al espejo el gesto tranquilo de empuñar la navaja; en el mar, lo había visto muchas veces ejercer esa serenidad en momentos desesperados. Una frialdad que en el fondo resultaba ser la autosuficiencia del orgullo extremo. Impotente, asistía desde aquí al movimiento de alzar la navaja, lo veía cruzar el brazo y apoyar el filo bajo la oreja izquierda con precisión maníaca, su otra mano sosteniendo el codo para que el brazo no se niegue; veía el gesto veloz, el salto despavorido de la sangre sobre el espejo, la pesada caída del cuerpo, el cadáver en el piso, seguramente vestido con su traje de marino. O, tal vez, con su traje de marino es lo que me gusta pensar." 

                                                                                                                      de Sylvia Iparraguirre 

lunes, 22 de noviembre de 2010

fragmento Arte poética - Borges



A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.  
con miedo que todo
el mundo maravilloso
que te rodea,
sea de papel.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Hipocresía

No quiero ser una más de tanta hipocresía. No quiero seguir sus pasos, no creo que vayan para el lado correcto. Sin reglas claras, terminan dando vueltas en círculos tortuosos y estúpidos, círculos sin sentido alguno que hacen perder el tiempo.
No quiero ser como ellos, siluetas de la mentira y del engaño. Ni tampoco puedo convivir con este embrollo de sentimientos que me aprieta la garganta. Debo irme bien lejos de esas siluetas enemigas.

El pozo

 A veces te hundes, caes 
en tu agujero de silencio, 
en tu abismo de cólera orgullosa, 
y apenas puedes
volver, aún con jirones 
de lo que hallaste 
en la profundidad de tu existencia.
Amor mío, qué encuentras 
en tu pozo cerrado? 
Algas, ciénagas, rocas? 
Qué ves con ojos ciegos, 
rencorosa y herida?
Mi vida, no hallarás 
en el pozo en que caes
lo que yo guardo para ti en la altura:
un ramo de jazmines con rocío, 
un beso más profundo que tu abismo.
No me temas, no caigas
en tu rencor de nuevo.
Sacude la palabra mía que vino a herirte 
y déjala que vuele por la ventana abierta. 
Ella volverá a herirme
sin que tú la dirijas
puesto que fue cargada con un instante duro 
y ese instante será desarmado en mi pecho.
Sonríeme radiosa
si mi boca te hiere. 
No soy un pastor dulce 
como en los cuentos de hadas, 
sino un buen leñador que comparte contigo 
tierra, viento y espinas de los montes.
Ámame tú, sonríeme, 
ayúdame a ser bueno. 
No te hieras en mí, que será inútil, 
no me hieras a mi porque te hieres.

Pablo Neruda