Lo importante.

Lo importante no es el cuerpo, ni las narices, ni los labios, ni el color de ojos. Lo importante tampoco es la plata, ni como se visten, ni como se ven. Lo que realmente importa es su actitud, su manera de tratarte. Las sonrisas que forman en sus bocas, los abrazos en los que te envuelven. Nunca me gustaron esos chicos rubios de ojos claros que pretenden ser los dioses de la tierra, siempre me gusto el morocho que me hace reír, ese chico al que nunca nadie mira. El sonido de su voz, y las palabras que dicen me importan. Y aquellos que la tiene clara en cuando tienen que actuar, y cuando se tienen que apartar. Esos que te dejan con ganas de seguir viéndolos porque hay algo en ellos que te da intriga, pero a la vez son transparentes y buenas personas. Pero diciendo buenas personas no quiero decir que se porten bien, sino todo lo contrario.