domingo, 27 de mayo de 2012

Magnetismo

Me dejaba perder en tu dulce voz y en tus palabras que se perdían en el aire de una manera teatral. Una poesía  creabas con tus labios, causando en mi piel algo inexplicable. Mientras tus ojos se fijaban en mí, se creaba una conexión, un puente de miradas que sólo un poco de pudor lo podía romper.
Me sentía separada de tu cuerpo por una grieta descomunal que separaba dos tierras. Pero, con tus ojos penetrantes lograste, poco a poco, romper con ese paño de cristal y unir ambos mundos. Y fue así, como el magnetismo que unía nuestros cuerpo se intensificó, provocando el deseo.

Cuando te beso, siento que nadie más existe, que nada más importa. Cuando te miro, siento que me dejo llevar  en un abismo infinito de felicidad. Sentir. Sentirse increíble.