Me sentía separada de tu cuerpo por una grieta descomunal que separaba dos tierras. Pero, con tus ojos penetrantes lograste, poco a poco, romper con ese paño de cristal y unir ambos mundos. Y fue así, como el magnetismo que unía nuestros cuerpo se intensificó, provocando el deseo.
Cuando te beso, siento que nadie más existe, que nada más importa. Cuando te miro, siento que me dejo llevar en un abismo infinito de felicidad. Sentir. Sentirse increíble.
Cuando te beso, siento que nadie más existe, que nada más importa. Cuando te miro, siento que me dejo llevar en un abismo infinito de felicidad. Sentir. Sentirse increíble.