domingo, 27 de mayo de 2012

No importa la duración de un relación sino su intensidad. Y no sólo hablamos desde el punto sexual, sino que tiene que presenciarse esa conexión. Ese vínculo lleno de risas relajadas, de pensamientos conectados, de besos dulces y susurros al oído.
No importan las semejanzas con la otra persona, sino ese sentimiento de querer llenarse con el otro, aprender de sus gustos. Conocerse y cada vez tener más ganas de seguir haciéndolo.