viernes, 23 de septiembre de 2011

No voy a negar que sea divertido. Tampoco voy a decir que sea lo correcto. Pero es como un vicio, una vez que te comportas así, es difícil cambiar. Jugando con tus sentimientos y con los del resto, empezás y no podes parar. Es algo más fuerte que vos. Una vez que tenes el juego en tus manos, conoces las reglas, las frases o actos prohibidos,y las miradas permitidas. Después de eso, ya no sabes como actuar sin jugar, sin tus reglas que te guíen. Una vez que querés sentir algo diferente, ya comenzás a pisar en arena movediza. Porque no hay reglas para el amor. El amor no es juego. Y es tan difícil de encontrar.

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