Finalmente la verdad salió de su escondite;
lastimando a todos lo que la rodeaban,
provocando lágrimas en esos ojos.
Finalmente la hipocresía se dio por rendida;
bajó los brazos.
Se terminó con la farsa.
Aquellos corazones murieron en la lucha.
No quedan más que unas caras tristes.
Tres mentirosos han muerto hoy,
acompañados por sus mentiras.
Dos heridos han actuado cruelmente,
han acechado a su agresor,
y han vengado sus heridas con su propia arma.
La venganza en vez de ser dulce, fue amarga.
Y les jugó en contra, esta vez.
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