Algunos recuerdos suelen erizar la piel. Yo escuchaba, cuando un amigo me contaba de un amor, me contaba que recordaba sus besos. Recordaba el calor de sus besos y los volvía a sentir vivos en su propios labios. También me contaba, la manera que tenía ella de tocarlo. Apenas un roce provocaba en él una corriente de electricidad por todo el cuerpo. Me decía sobre las famosas "mariposas en la panza".
Que increíble es el amor cuando toca tu puerta. Y el primer amor, nunca se olvida, queridos míos. Yo recuerdo cada momento que pasé con él. Cada roce, cada beso, cada caricia. La recuerdo de una manera especial. Nunca amé a alguien tanto como lo hice con él. Estaba enloquecida al punto de la enfermedad. No me arrepiento de lo que viví. Hace un año atrás ya teníamos problemas, y habíamos terminado pero vuelto a los cuatro días.
La verdad es que no nos soportábamos más el uno al otro, pero tampoco podíamos estar separados. Yo no podía vivir con él ni sin él. Por suerte, aprendí a vivir sin él y me fue mejor. Hoy en día, me da tristeza pensar en como empezamos con tantas esperanzas y amor. Pero me alegra, haber podido cerrar ese capítulo de mi vida en el que sufrí tanto al terminarlo.
Sólo miro el pasado como un dulce recuerdo de lo que una vez fue que ahora ya terminó.
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