martes, 18 de septiembre de 2012

Red de miradas

Estábamos solos. No nos importaba el tiempo ni el lugar; sólo nuestras palabras, perdidas en el aire, tenían relevancia. El silencio nos había atrapado en una red de miradas. Confesiones que brotaban a la luz, creaban un momento inimaginable, un momento increíble.
Era de noche, y todo parecía inmóvil. Sentados en la calle, solos, un lugar tan vulgar que habíamos convertido en un lugar hermoso.
El humo de mi cigarrillo quedaba atrapado en esa jaula invisible. Una jaula que nos separaba de la realidad. Sin embargo, no éramos nosotros los esclavizados y atrapados; por el contrario, los atrapados eran el resto, mientras nosotros nos sumergíamos en un abismo lleno de libertad y belleza.
Cada tanto, en la red de palabras y miradas se sumergía alguna caricia, algún beso.
Todo había cambiado. Mis ojos te miraban de otra manera. Momento en el cual habíamos dado el paso, ya habías dejado de ser un cualquiera. Esta vez, te habías convertido en Alguien.