martes, 7 de febrero de 2012

Tormenta: física y mental.

La escena estaba oscura y nítida. Todo se movía y sólo se escuchaban dos risas y dos voces que gritaban exaltados por tanta lluvia. Dos amigos. Él y ella. Su mejor amigo. Corriendo debajo de la lluvia en pleno centro vacío y desolado. Calles oscuras y mojadas. El piso se movía con su propia corriente. Las hojas de aquellos árboles de ciudad, atrapados en aquella tormenta, vacilaban en el movimiento del viento. Todo era agua. Sus pies descalzos se movían sin parar con miedo de pisar algún que otro vidrio roto. Saltos en la lluvia. Estremecidos bajo el viento y el calor, bajo la humedad y el agua.
Y de repente, todo se frenó. Ella había quedado atrás atando su camisa por la cintura para no mojarla. Descalza y semidesnuda, corriendo. Cuando todo se frenó. De repente, vio pasar una figura conocida unos pasos más adelante de su acompañante. Al concurrir a esa escena segundos más tarde, lo vio. Era él, quien reía y corría debajo de la lluvia. Su rostro se desfiguró. Justo él tenía que ser.
En cuestión de minutos, hubo saludos y conversaciones entre dos amigos, mientras ella yacía a un costado, inmóvil. Sin hacer ni decir nada. Él insistió en alcanzarlos, y así fue.
Ni bien bajo de su auto, ella no dio más y el cigarrillo comenzó a prenderse en su boca. Su pulso inquietante, y el fuego moviéndose, vibrando rápido y molesto. Un momento terriblemente incómodo. Y con tan sólo verlo, supo que el resto tenía razón: no estaba superado ese amor,odio,rencor y pasión por ese chico.

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